“En su perpetua monotonía, no pasaba ni despacio ni deprisa y era siempre el mismo día”. La montaña mágica (Edhasa), del Nobel alemán Thomas Mann, es un clásico de la literatura contemporánea. Su fama no solo se debe a su exquisita y pausada literatura, sino también al profundo análisis de la mentalidad europea y germana de principios del siglo XX. Aunque se enmarque en el género de la nóvela de aprendizaje o Bildungsroman, también es considerada una obra filosófica por las numerosas y nutridas conversaciones que entablan los personajes en el apacible y sereno ambiente burgués del sanatorio de tuberculosos de la ciudad de Davos Platz (Suiza).
Hans Castorp es el protagonista de esta historia. Un joven que va de visita a este hospital para ver a su primo Joachim Ziemssen y que, por unas supuestas complicaciones de su salud, acaba quedándose siete años. Ese tiempo le servirá para madurar su acomodada juventud y descubrir el sentido de la vida. Así, mientras transcurre ese proceso de discernimiento, su estancia será amenizada tanto por las pantagruélicas comidas como por las profundas conversaciones filosóficas que mantendrá con otros enfermos de la más variopinta personalidad.
La libertad, la literatura, el humanismo, el arte, el tiempo, la eternidad, el zodiaco, los inventos, la política, la francmasonería, la religión, la biología, el honor, la música, la educación, el bien, el mal, la caridad, la belleza, la naturaleza, el amor, el erotismo, la enfermedad, la muerte, las matemáticas o la guerra son algunos de los asuntos sobre los que razonan los personajes hasta que ocurre un violento acontecimiento histórico que despierta a los enfermos europeos de su mimado, burgués y mágico sopor existencial. En fin, una obra maestra que refleja las inquietudes de principios del siglo pasado y el bagaje cultural e intelectual del escritor. ¡Muy recomendable!
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